Sé mío. Sólo mío. Sé discípulo de mis labios rojos solamente. Y de senos, fantasea sólo con los míos.
Sé mío. Sé mío, y compárteme tus lugares, tus secretos, tus cicatrices, tu piel, tus brazos, tus manos, tu tan oscuro cabello, tus miedos, tus delirios, tus obsesiones, tus infiernos, tu alma…
Sé mío, y compárteme. Compárteme tu cama a medianoche. Compárteme de tus licores, permíteme probar ese sabor etílico en mi boca, qué mejor aún si viniese de tus labios. Bésame con tu sabor a licor, a despecho, a desprecio. Bésame tan solo las comisuras y déjame como una tonta abriendo la boca y cerrando los ojos mientras se pierde en tu sabor.
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