26 de julio de 2013

Mis ganas.

Qué ganas de convertirme en viento, ser ligera y no pesarle a tu mirada.
Ganas de encontrar mi propia valentía, dejar de correr en círculos, creyendo que huyo del destino, que logro burlar su camino, pero al final sólo vuelvo al mismo sitio.
Qué ganas de llorar. ¡Qué malditas ganas de llorar! Ser fuerte todo el tiempo resulta cansado. Déjame ser frágil a tu lado, déjame ser suave entre tus brazos.
Quiero volver a sentirme enamorada, que el corazón se me salga del pecho cuando tus ojos me miren, que mi piel se ponga a temblar cuando a mí te acerques, que mis pies tengan que pararse sobre los tuyos para poder besarte. Déjame quererte.
Deja que el Sol nos despierte, y que desobedezcamos a la Luna cuando a dormir nos mande. Vamos a querernos.
Rompamos reglas juntos.
Qué ganas de beberte la locura, de que me suden las palmas de mis manos, de que mi respiración se agite, y de que me cueste tranquilizar la sonrisa que provocas.
Te estoy invitando a un amor sin tiempos, sin títulos, ni etiquetas. Te estoy invitando a ser el protagonista de mis novelas, el culpable de que mis alegrías, el monstruo al que mis miedos le teman.
Qué ganas de que subas la temperatura cuando haga frío, y de que mi boca nunca esté quieta. Quiero encontrar ese punto creativo, que consiga inspirar mi obra maestra.
Te invito a querernos un poco, a jugarle con fuego a la vida.
La mejor historia de todas y que podamos decir ¡qué dicha, esa historia es la mía!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te pareció?